CIUDAD DE MÉXICO, 02 DE FEBRERO DE 2016

TRANSCRIPCIÓN DE LA INTERVENCIÓN DE LA DIPUTADA MARISOL  VARGAS BÁRCENA, PARA PRESENTAR INICIATIVA QUE REFORMA LOS ARTÍCULOS 131, 135, 136 Y 156 DE LA LEY GENERAL DE INSTITUCIONES Y PROCEDIMIENTOS ELECTORALES, DURANTE EL DESARROLLO DE LA SESIÓN ORDINARIA.

DIPUTADA MARISOL VARGAS BÁRCENA (MVB)  Gracias, Presidenta, con su permiso.

La credencial para votar con fotografía es el documento diseñado para el ejercicio de los derechos políticos ciudadanos, aunque por su desarrollo la aplicación de distintas tecnologías para su elaboración y expedición, así como su nivel de aceptación entre la ciudadanía, desembocó en la extensión de su uso como la principal identificación o cédula de identidad.

Por más de 22 años, ante la ausencia de un documento de identidad oficial útil para todo fin, la credencial de elector para votar ha sido utilizada por el sector público y privado como una cédula de identidad.

Asimismo, por los altos estándares de seguridad que posee la credencial para votar, es considerada como el medio de identificación más extendido en todo tipo de actividades en nuestro país. En estas circunstancias es obligada la revisión del estado actual en este importante trámite de expedición de un documento oficial.

Para el año 2012 se estimó que 79 millones de ciudadanos contaban con credencial para votar vigente, dándole un uso más allá de los fines para lo cual fue creado. Actualmente la credencia de elector incluye la Clave Única de Registro de Población, como un dato fijo, y distintos elementos de seguridad que se han incorporado, atendiendo a los avances tecnológicos y a la capacidad presupuestal de la autoridad electoral.

Sólo por mencionar un ejemplo, al 2012, se reportó que el entonces IFE contaba con más de 74 millones de registros con huellas dactilares y 92.2 millones de imágenes faciales con posibilidad de compararlas biométricamente.

Asimismo, se reportó que cada año se producen al menos 12 millones de credenciales de elector, lo que implica una actualización anual del 15 por ciento de la lista nominal, mientras que el porcentaje de ciudadanos empadronados superó el 97 por ciento, por lo que se estima que un 94 por ciento de los ciudadanos cuenta con credencial de elector para votar.

La doble utilidad que le da el ciudadano y el reconocimiento que le otorgan instituciones, tanto privadas como públicas, es un incentivo para simplificar los trámites para su expedición y reposición, considerando las posibilidades técnicas de la digitalización de los documentos que presentan los ciudadanos ante la autoridad electoral.

La presente iniciativa tiene como objeto que el Instituto Nacional Electoral, a partir de la digitalización de la información y los documentos presentados por el ciudadano, en el supuesto de requerir la solicitud de reposición de la credencial para votar, que no implique una modificación de sus datos e información registrada, no sea necesario exhibir nuevamente diversa documentación.

Con las modificaciones propuestas la Comisión Nacional de Vigilancia del Registro Federal de Electores y la Dirección Ejecutiva del Registro Federal de Electores deberán ajustar los lineamientos y procedimientos para la solicitud y trámite de la credencial para votar.

Señoras y señores diputados:

La credencialización de la población mexicana fue uno de los instrumentos más importantes de la transición democrática, y no ha sido una labor sencilla, los avances se han logrado de manera paulatina.

Hoy nos toca terminar de perfeccionar este proceso, para lograrlo es indispensable que haya procedimientos administrativos más ágiles y simplificados, que permitan a los ciudadanos ejercer sus derechos políticos con mayor facilidades y que les permitan portar un documento de identificación.

Muchas gracias por su atención. Gracias, Presidenta.

*Turnada a la Comisión de Gobernación de Cámara de Diputados.