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Transcripción de la participación de la diputada Minerva Hernández Ramos, durante la presentación del libro: México: País de pobres y no de clases medias

MIÉRCOLES, 4 DE OCTUBRE DE 2017

Ciudad de México, 4 de octubre de 2017

 

TRANSCRIPCIÓN DE LA PARTICIPACIÓN DE LA DIPUTADA MINERVA HERNÁNDEZ RAMOS, DURANTE LA PRESENTACIÓN DEL LIBRO: “MÉXICO PAÍS DE POBRES Y NO DE CLASES MEDIAS”, EN EL MEZZANINE.

 

DIPUTADA MINERVA HERNÁNDEZ RAMOS (MHR): Quisiera más que nada destacar algunos de los aspectos que más llamaron mi atención de la lectura que reitero, al igual que Gerardo, yo quedé prendida  del mismo.

 

Me llamó mucha la atención porque además lo vinculo con mi desempeño parlamentario y justamente en ese cuestionamiento de qué está pasando, Tere no me deja mentir, soy una apasionada siempre en las reuniones del Grupo Parlamentario de decir: algo tenemos que hacer con el condenado presupuesto, porque no está respondiendo a la expectativa de la gente, recursos incrementales año con año a educación, salud, vivienda, etcétera, pensiones, pero la vida de la gente no cambia, la vida de la gente creo que se está empeorando cada vez, como ya quedó aquí demostrado.

 

Así que en primero lugar, me resulta de especial interés ese cuestionamiento de ¿qué es la clase media? ¿Qué significa la clase media? Y lo que señala el Banco Mundial respecto de que el 30 por ciento de la población latinoamericana se ubicaría en  clase media, siempre y cuando se tengan ingresos diarios entre los 10 y 50 dólares, situación muy distante  en nuestro país para los mexicanos, entre 185 y 940 pesos, parece una realidad poco asequible para la mayoría de nuestros paisanos.

 

El INEGI puntualiza la ausencia de una definición consensuada, como bien lo decía el maestro Reyes de clase media, así que las estadísticas  que nos muestra el doctor Reyes son sumamente valiosas.

 

El planteamiento de los autores es muy atinado, cuando utiliza una perspectiva multidimensional –como lo hace CONEVAL en relación con la pobreza– que implique el análisis de las condiciones de bienestar y de los niveles de vida.

 

Así que quisiera puntualizar esta situación de que las clases medias no pueden ser identificadas solamente respecto  del nivel de ingresos, sino atendiendo, como se ha dicho aquí, a los indicadores de bienestar, de que se tenga un estatus de vida adecuado dentro de un contexto social y un nivel de desarrollo económico medio.

 

Y en México, la gran pregunta es ¿tenemos una clase media sólida, fuerte, con un estatus de vida digno y adecuado para las condiciones sociales y económicas medias?

 

Dicen que lo que por sabido se calla, por callado se olvida.

 

¿Qué tenemos por sabido?  Lo que día a día todos nosotros observamos, simplemente que el dinero no alcanza, que pasamos por muchos esfuerzos y por muchos trabajos para comprar una lavadora, un refrigerador, un coche, ya no se diga de una casa, esas son ya palabras mayores, como lo dice el estudio, el salario mínimo en México ha perdido el 75 por ciento de su poder adquisitivo desde 1976, ¡qué grave!

 

Y pues que en esta ciudad basta con darnos una vuelta por Paseo de la Reforma –quizá de Insurgentes hacia el poniente y de preferencia habiendo cruzado el periférico– para ver autos de lujo o casas que abarcan la totalidad de un cuarto de manzana, edificios modernos, apartamentos lujosos, pero que si nos vamos un poco más hacia el poniente, hacia el llamado “distrito financiero” de Santa Fe, veremos algunos de estos ejemplos mucho más acentuados.

 

Se trata de las profundas desigualdades que tenemos en México, de la brecha que se profundiza entre los pocos que tienen mucho y los no tan muchos que batallamos por no tener tan poco y los que sí son muchos y que en verdad tienen realmente poco.

 

Lo que por sabido se calla es que la clase media mexicana se ha convertido en un mito. Es un concepto que se ha vuelto emotivo, funcional y casi ritual –nos queremos identificar como clase media– pero que no resiste el análisis serio, tal como se demuestra en el estudio, puesto que al mismo tiempo no se puede ser pobre y parte de las clases medias.

 

Los autores en este estudio nos hacen ver una paradoja: mientras que por su nivel de producción, México se considere un país rico, la persistencia en el tiempo de las desigualdades sociales y económicas nos hacen más bien un país pobre, no un país de clases medias.

 

En efecto, considerando el estatus y las condiciones de vida que, en teoría, deberían tener las clases medias, en México éstas representan una porción minoritaria de la población, apenas el 25 por ciento,  cuando en países desarrollados es del orden del 60 al 80 por ciento.

 

Erróneamente hemos considerado que salir del umbral de pobreza equivale a ser clase media, pero como bien se señala, no pasaron a las clases medias, sino a un nivel de precariedad menor, es decir, de la pobreza a la vulnerabilidad.

 

Así las cosas, sumando la población que se encuentra en pobreza con la población que está en condiciones de vulnerabilidad --ya sea por carencias o por ingresos-- se alcanza una proporción mayor al 60 por ciento.  Evidentemente no somos un país de clases medias, puesto que solamente pueden garantizarse los niveles de vida adecuados para no ser pobres a un 25 por ciento de nuestra gran población mexicana.

 

Lo que por estar callado no podemos, ni debemos olvidar, es que en México la población que tiene mayor vulnerabilidad a estar por debajo de la línea de pobreza, son aquellos trabajadores sin seguridad social, los pequeños propietarios y los micro-empresarios de menos de 5 trabajadores, quienes en teoría, serían candidatos idóneos a pertenecer a la clase media, no es así.

 

La importancia de estudios como el que hoy nos ocupa es el antídoto contra el olvido sobre la situación de vulnerabilidad en que se encuentra la mayoría de la población mexicana, es no permitir que se tenga por callado el hecho de que las políticas públicas no han sido efectivas ni eficientes, puesto que no se han traducido en mejoras significativas en el nivel de bienestar de la población, pues salir de la línea de pobreza solamente implica entrar al umbral de la vulnerabilidad, es que no se deje por sabido que el salario mínimo solamente es garante de pobreza y que no permite un nivel de vida digno, libre y autónomo, que evite la angustia de caer en la miseria.

 

Por el contrario, estos estudios contribuyen al debate público, a denunciar y evidenciar que no podemos hacer las mismas políticas públicas una y otra vez, esperando que el resultado sea distinto y que se abata la pobreza o disminuyan realmente las desigualdades.

 

Señalan los autores que en un contexto de profunda desigualdad como el que vivimos, la política pública solamente alcanza para contener y administrar la pobreza.

 

Y quisiera hacer énfasis en un dato fundamental: a pesar de que entre el 92 y el 2014 se ha quintuplicado la cobertura de programas sociales destinados al combate de la pobreza, la pobreza por ingresos permanece prácticamente sin cambios, aunado a que, dado el crecimiento poblacional, no hay más, perdón, al contrario, hay más  individuos pobres.

 

Datos contundentes que deben ser más que considerados en esta época del análisis presupuestario, en el Proyecto de Presupuesto de Egresos de la Federación es un hecho lamentable que se presenta una disminución real por ejemplo del 3.4 por ciento en el Ramo 20 “Desarrollo Social”, una disminución de 4.5 por ciento en el Ramo 12 “Salud” y otra disminución de 1.8 en el Ramo 11 de “Educación Pública”.

 

Les aseguro que el Grupo Parlamentario de Acción Nacional, como en el de otros grupos parlamentarios, como me atrevo a decirlo  contundentemente  porque lo hemos platicado con varios de los integrantes de Movimiento Ciudadano y del PRD,  pues este estudio será una guía crítica respecto a la forma en que abordaremos la discusión presupuestaria, las comparecencias ante Comisiones de los funcionarios públicos encargados de la política de desarrollo social y las propuestas económicas que presentaremos en la recta final de esta Legislatura.

 

Por último, quisiera yo decir  que hay varias  iniciativas presentadas en el seno de esta Soberanía, en el sentido contrario a lo que hoy sucede, por ejemplo, en materia de salud, Tere Lizárraga, ha sido una empeñosa en establecer en la ley la garantía de que el presupuesto no pueda ser  menor en un año, respecto del otro, parece absurdo, pero es increíble y algunos diputados en un grupo plural hemos presentado también iniciativas respecto de una reorientación, un redireccionamiento del propio presupuesto.

 

En establecer en primer lugar para dar cumplimiento al artículo 1ro constitucional respecto de los derechos humanos, el hecho de garantizar los derechos humanos a través del gasto y me refiero a salud, a educación, a vivienda, etcétera, etcétera, seguridad social, etcétera.

 

Entonces, sepan los académicos, los investigadores que tenemos esa visión  y que es un insumo por demás valioso en nuestro desempeño parlamentario y que ya nos verán en acción  ahora con las cosas del presupuesto en las diversas comisiones en las que está Marco Gama, en la que está el diputado Velazco, en las que está Tere y su servidora.

 

Muchísimas gracias por su exposición.

 

 

--oo00oo--

YMJ 

AUDIO DE LA PARTICIPACIÓN DE LA DIP. MINERVA HERNÁNDEZ DURANTE LA PRESENTACIÓN DEL LIBRO "MÉXICO: PAÍS DE POBRES Y NO DE CLASES MEDIAS"



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