Ciudad de México, 14 de julio de 2016

• Las niñas, adolescentes y mujeres jóvenes deben disfrutar de cada una de las etapas de su vida: Dip. Guadalupe González Suástigui.
• Se debe impulsar una cultura de oportunidades, para que el embarazo a temprana edad deje de ser una opción de vida.

La diputada Guadalupe González Suástegui presentó un punto de acuerdo ante la Comisión Permanente del Congreso de la Unión, para exhortar al Grupo lnterinstitucional a que se fortalezcan y difundan las políticas, estrategias, acciones y campañas diseñadas para promover la prevención del embarazo en niñas y adolescentes, con el fin de que puedan disfrutar de mejores condiciones y de cada una de las etapas de su vida, sin las presiones que implica el ser madres a muy temprana edad. Dicho punto de acuerdo ya fue aprobado y el gobierno en sus diferentes niveles ya está tomando acciones.

Al respecto, mencionó que recientemente el mismo subsecretario de Prevención y Promoción de la Salud, dio a conocer en la 31 Reunión Anual del Instituto Nacional de Perinatología (INPer) que el embarazo en adolescentes, representa un “serio problema” en nuestro país, ya  que según los datos del 2014, del Subsistema de Información sobre Nacimientos, hubo 374 mil 75 nacimientos en mujeres de entre 10 y 19 años de edad; esto quiere decir que diariamente mil niñas en ese rango de edad, se convirtieron en mamás.

De acuerdo a la Diputada Guadalupe González, los registros de las instituciones indican que las 6 mil nuevas mamás, fueron niñas menores de 14 años, entre las que se encuentran niñas de 10 años de edad y que, de acuerdo al INEGI, hasta 11 mil nacimientos anuales son de adolescentes, es decir, menores de 15 años; esto significa que el 23.5% de los adolescentes mantiene relaciones sexuales sin tener conciencia de las implicaciones económicas y sociales que tendrán a lo largo de sus vidas.

Lo anterior es un verdadero problema, porque emocional y físicamente, muchas de ellas, no están preparadas, convirtiéndolas de manera súbita en mujeres adultas con mentalidad y cuerpo de niñas; mencionó que lo más grave de éste problema es que un amplio número de estos embarazos responden a abusos de familiares o amigos de su entorno, por lo que es de suma importancia, proteger a la integridad física de las niñas y en su esfera jurídica.

La diputada mencionó que el problema es verdaderamente complejo porque las cifras indican que, de cada 880,000 madres solteras, 9 de cada 10, son menores de 18 años. Y una de cada dos adolescentes, se embaraza sin planearlo, de acuerdo al INEGI.

De acuerdo a los datos del Instituto Nacional de las Mujeres,  la gravidez temprana repercute en la permanencia en las aulas, pues más del 90% de las madres de 12 a 19 años no asiste a clases; mientras, en el campo laboral, la posibilidad de percibir ingresos estables o acceder a empleos especializados de calidad es menor, por lo que a lo largo de sus vidas padecerán carencias y en muchos casos estigma y exclusión social al “ya no valer”.

Resaltó que las instituciones públicas han reconocido que no necesariamente con el uso de anticonceptivos se soluciona el problema de los embarazos a temprana edad, debido a que se observó un aumento del uso de métodos anticonceptivos entre las adolescentes de 15 a 19 años, de 38.2% a 54.5% en un periodo de cinco años (2009-2014); sin embargo, las cifras en embarazos no se estabilizaron o disminuyeron y que por el contrario, aumentaron, lo que hace necesario impulsar políticas públicas y sociales que promuevan una cultura sobre la importancia de vivir la infancia y la adolescencia acorde a esta etapa de la vida y destacar que la maternidad y la paternidad, en esas edades, son inadecuadas por el nivel del desarrollo físico y mental, porque muchas niñas y adolescentes, aún no están preparadas.

Mencionó que de acuerdo al Sistema de Información Sobre Nacimientos de madres adolescentes “el 84% de las niñas que registraron un nacimiento vivo tenía 14 años; 35% contaba con secundaria incompleta; el 23% primaria completa y 17% tenía la primaria incompleta; de los cuales, el 72% vivían en unión libre o estaban casadas; 64% estaban afiliadas al Seguro Popular y 20% no contaban con ninguna afiliación y que la tasa de fecundidad de las mujeres de 15 a 19 años, hablantes de una lengua indígena es de 96.7% por cada mil mujeres; la tasa de las mujeres no indígenas, es de 68% por mil”.

Destacó que en el punto de acuerdo se destaca que esta situación, causa una atrofia social que se ve reflejada en las difíciles condiciones de vida y de pobreza existente en las mujeres en esta situación, la desintegración familiar como consecuencia de la falta de madurez para comprender su situación, la delincuencia, exclusión, discriminación, y desigualdad, así como las precarias condiciones de salud son una constante.

En este sentido, es que en días pasados, las legisladora presentó el punto de acuerdo, pues es importante realizar políticas y acciones que respeten a las niñas, adolescentes y a las jóvenes desde su más temprana edad para que esto no siga sucediendo, porque es una violación a sus derechos humanos; al respecto debido a que la población entre los 10 y 19 años representa un universo de 22.3 millones de adolescentes, las cifra muestran que este segmento de edad representa en términos poblacionales un 2.1 y 2.3 millones de nacimientos al año.

Destacó que, de acuerdo al INEGI y al Sistema de Información Sobre Nacimientos, las causas principales de los embarazos a temprana edad son “la inseguridad, baja autoestima, carencia afectiva, inmadurez, falta de información y acceso a los servicios de salud, presión social, estructura familiar disfuncional, pobreza, violación y abuso sexual, consumo de alcohol y drogas, entre otros.” Dichas causas, requieren de atención especializada e integral y, en definitiva, la intervención del Estado, para que esta situación no se convierta en un problema más complejo.

Finalmente, resaltó que en todas las acciones del Estado Mexicano, se debe invocar al interés superior del menor para que se propicien condiciones económicas y sociales que les brinden oportunidades y opciones en esas edades, pues de acuerdo al Banco Interamericano de Desarrollo, México se ubica en los primeros lugares de embarazos en adolescentes, de 15 a 19 años de edad, por arriba de los ocurridos en Chile, Costa Rica, Uruguay y Perú, por ello, ve con buenos ojos que se haya aprobado su punto de acuerdo para que en nuestro país, se impulsen políticas y programas tendientes a proteger a las niñas, adolescentes y jóvenes.

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