Ciudad de México, a 12 de marzo de 2025
INTERVENCIÓN DE LA DIPUTADA MARTHA AMALIA MOYA BASTÓN, DURANTE SESIÓN SOLEMNE EN CONMEMORACIÓN DE LOS 700 AÑOS DE LA FUNDACIÓN DE TENOCHTITLAN.
DIPUTADA MARTHA AMALIA MOYA BASTÓN (MAMB): Compañeras y compañeros diputados, el día de hoy, en esta sesión solemne, conmemoramos los 700 años de la fundación de Tenochtitlan, 1325 es el año que los historiadores han tomado como hito para marcar el inicio de la gran capital del imperio mexica, hoy la gran capital de México. Tenochtitlan, la capital del imperio mexica, fue una ciudad que asombró a propios y extraños por su grandeza y complejidad, y se convirtió en el corazón de un poderoso imperio que dominó gran parte de Mesoamérica. Son los orígenes, las raíces de aquella gran ciudad edificada sobre un gran lago, cuya leyenda fue inmortalizada en nuestro Escudo nacional.
La grandeza de Tenochtitlan radicó en su capacidad para transformar un entorno desafiante en una metrópolis próspera y poderosa, dejando su legado cultural que perdura hasta nuestros días con la brillantez de sus habitantes, cuyo ingenio transformó un entorno desafiante.
Construyeron chinampas, islas artificiales que permitían la agricultura intensiva y multiplicaron la tierra cultivable, un prodigio de ingeniería agrícola que alimentó a una ciudad. Un sistema de calzadas y puentes que conectaban la ciudad con tierra firme, arterias vitales para el comercio y la comunicación, e incluso contaban con puentes levadizos que permitían el paso de canoas y servían como mecanismos de defensa.
Los acueductos de Tenochtitlan representaron una de las más notables proezas de ingeniería hidráulica en la América precolombina. Su construcción y funcionamiento demostró un profundo entendimiento del manejo del agua, esencial para la supervivencia y el florecimiento de una ciudad construida en medio de un lago.
Para satisfacer las necesidades de una población creciente, desarrollaron un sistema de acueductos que desde manantiales en tierra firme traían agua desde Chapultepec, ubicada a varios kilómetros de distancia, legado que hoy perdura como un testimonio del ingenio y la capacidad de los mexicas para superar los desafíos ambientales. Sus conocimientos y habilidades en ingeniería hidráulica son un ejemplo de la sofisticación de las civilizaciones precolombinas.
La grandeza de Tenochtitlan no solo radica en su notable ingeniería, su poderío político y religioso y su rico legado cultural. Fue una ciudad que floreció en un entorno desafiante y su historia nos recuerda no solo la grandeza de una civilización, también la capacidad que tenemos para crear cosas maravillosas.
Es cuanto, presidenta.
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