SALA DE PRENSA

DIPUTADAS Y DIPUTADOS FEDERALES DEL PAN

25 de Febrero de 2025

INTERVENCIÓN DE LA DIPUTADA LAURA CRISTINA MÁRQUEZ ALCALÁ, PARA FIJAR EL POSICIONAMIENTO DE SU GRUPO PARLAMENTARIO EN EL DICTAMEN QUE REFORMA Y ADICIONA DIVERSAS DISPOSICIONES DE LOS ARTÍCULOS 4. Y 27 DE LA CONSTITUCIÓN POLÍTICA DE LOS ESTADOS UNIDOS MEXICANOS, EN MATERIA DE CONSERVACIÓN Y PROTECCIÓN DE LOS MAÍCES NATIVOS

Ciudad de México, a 25 de febrero de 2025

 

INTERVENCIÓN DE LA DIPUTADA LAURA CRISTINA MÁRQUEZ ALCALÁ, PARA FIJAR EL POSICIONAMIENTO DE SU GRUPO PARLAMENTARIO EN EL DICTAMEN QUE REFORMA Y ADICIONA DIVERSAS DISPOSICIONES DE LOS ARTÍCULOS 4. Y 27 DE LA CONSTITUCIÓN POLÍTICA DE LOS ESTADOS UNIDOS MEXICANOS, EN MATERIA DE CONSERVACIÓN Y PROTECCIÓN DE LOS MAÍCES NATIVOS

 

DIPUTADA LAURA CRISTINA MÁRQUEZ ALCALÁ (LCMA): Repetimos rumores porque renunciamos a razonar, la ciencia no es de creencias. Así lo ha dicho la doctora Ruth Pedraza y ella, como otros científicos, han determinado que no hay estudios concluyentes que permitan saber que hay algún tipo de daño por el consumo, tanto animal y humano del maíz transgénico. De esta manera iniciamos, a nombre del Grupo Parlamentario del PAN, esta intervención para presentar un dictamen, para hablar sobre un dictamen que ha sido presentado por la Comisión de Puntos Constitucionales, en el que hay una coincidencia unánime: la identidad de las y los mexicanos debe ser preservada. La propia Constitución así lo señala. Y sabemos, técnicamente hablando, que en la Constitución no podemos establecer alguna intención ideológica. Y sabemos que la identidad, además, se conforma por elementos, elementos como el idioma, la etnia, las tradiciones, la historia, la geografía, la religión y los símbolos patrios. Esos son elementos de la identidad que se encuentran integrados a lo largo de nuestra Constitución.

 

En ello podríamos también decir que la importancia de la preservación de nuestra identidad como mexicanas, como mexicanos, no puede circunscribirse a un solo elemento, aún y cuando reconozcamos su importancia fundamental. Tan ancestral es el maíz como lo es el cacao. Y los mismos argumentos que se vierten aquí para cuidar y preservar este elemento importante de nuestra vida nacional, lo son otros granos elementales, estratégicos, que la propia Sader, la Secretaría de Agricultura, ha establecido y señalado y dado obviamente el seguimiento para poder determinar la suficiencia, las necesidades, las carencias y las áreas de oportunidad. Por ello, es importante, más allá de establecer un elemento específico aislado sobre la identidad nacional, hablar en términos generales de qué es lo que representa para nosotros el ser mexicanos y que, como ha dicho antes mi compañero Agustín, podamos, a través de la legislación reglamentaria, establecer cuáles son esas normas que nos van a permitir avanzar en el desarrollo de cualquier cuestión que tengamos que estar atendiendo. En este caso específico, cuando hablamos de algo tan importante como la alimentación de las familias mexicanas. Pero, entonces, esto nos lleva a otras reflexiones que no se resuelven con un decreto constitucional, no se resuelven con una reforma a la Constitución Política de nuestro país. Garantizar que haya comida para las familias mexicanas, no es, o no depende de que lo diga la Constitución. Porque la Constitución, sí, también, también establece el derecho a la alimentación, pero no podemos llegar al derecho a la alimentación y garantizarlo, si no garantizamos una serie de derechos anteriores previos y necesarios para poderlo lograr. Por ejemplo, el derecho al agua, que además es un elemento sustancial, fundamental para la cuestión agrícola.

 

En ese sentido, es importante, entonces, dejar claro que la identidad nacional se encuentra resguardada por nuestra Constitución y que las autoridades tienen la obligación de, a través de diferentes elementos secundarios, lograr su potenciación. En ese sentido, también es importante que podamos revisar las consideraciones. Les voy a ahorrar el trabajo de leer todo el dictamen. Váyanse a las páginas 46 a la 51 y van a ver que no dice nada, ¿no? No dice más de lo que ya se ha dicho aquí. ¿Y qué es lo que debería decir entonces el dictamen? Debería sustentar la justificación de la reforma a la Constitución, para que quede integrada la defensa del maíz como un elemento de identidad, y además la evasión o el evitar que se utilicen otro tipo de semillas que se encuentran mejoradas y que además constituyen un elemento esencial para el desarrollo productivo de nuestra nación. Se llevaron a cabo, sí, algunas reuniones en las que tuvimos la participación de funcionarios federales, que nos compartieron conocimientos muy interesantes sobre temas de biología, sobre temas de la polinización, de las diferentes técnicas para poder mejorar las semillas. Y nos indicaban, todos ellos, que el mejoramiento de las semillas es importante porque se hacen resistentes, porque pueden ser mucho más productivas y pueden ayudarnos a salir adelante en esta cuestión tan fundamental, como lo es la alimentación de nuestras familias en México.

 

Pero nadie, nadie habló de los riesgos potenciales de una prohibición de este calado, no hubo un solo elemento que dijera cómo podía venirse abajo la competitividad o la productividad en México, nadie dijo cuáles eran esos riesgos o esas enfermedades, nadie dijo qué diagnóstico tienen desde que se hizo el decreto en el 19 por parte del antes presidente, al día de hoy qué se descubrió, qué pasó, qué dijeron, que observaron para determinar que esto era inminente que quedara en la Constitución. El dictamen, pues, no tiene un solo dato que nos permita justificar este tipo de acciones. Y, por supuesto, tampoco garantiza que se resuelva la problemática que se pretende señalar aquí. Los datos de la Secretaría de Agricultura y del Inegi son muy interesantes, los invito a que le den un vistazo, porque indican que en México hay 32 millones de hectáreas con vocación agropecuaria. Es una gran riqueza. Bueno, pues ése es el objetivo, atender esas 32 millones de hectáreas de vocación agropecuaria, por parte del gobierno, para que podamos salir adelante y entonces sí garantizar la soberanía alimentaria de nuestro país. Sin embargo, antes de que alguien tenga la duda, el Plan México sí tiene, por supuesto, una clara intención de poder apoyar algo del campo, ¿verdad? Habla de que se van a apoyar a lo largo de estos próximos cinco años y medio, ¿no?, 200 mil hectáreas, 200 mil hectáreas.

 

Y dijimos que eran, ¿cuántas?, 32 millones, si es que alguien está poniendo atención y le interesa saber lo que realmente pasa en este país. Y que se iban a apoyar a 225 mil productores, cuando hay 4.6 millones de unidades agropecuarias productivas del campo que están abandonadas a su suerte, y que dependen de mil cosas, como el cambio climático, la sequía, que llueva, que haya un apoyo. Hay que invertir mucho dinero en las familias del campo, porque de ellas comen, comen las familias mexicanas. Hay que invertir en innovación, en investigación, en tecnología. Y darle, además, a los científicos que están estudiando cada día para darnos mejores elementos de subsistencia, darles el crédito, darles el crédito de que ese conocimiento que están creando y que comparte además quien lidera el país el día de hoy, quienes tienen este conocimiento lo crean y lo comparten debe ser con efectos prácticos para salir adelante como nación.

 

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