Ciudad de México, 30 de septiembre de 2021
TRANSCRIPCIÓN DE LA INTERVENCIÓN DE LA DIPUTADA PAULINA RUBIO FERNÁNDEZ PARA PRESENTAR INICIATIVA QUE ADICIONA DIVERSAS DISPOSICIONES DE LA LEY DE ASISTENCIA SOCIAL.
DIPUTADA PAULINA RUBIO FERNÁNDEZ (PRF): Con el permiso de la Mesa Directiva, con su venia, diputada presidenta.
Diputadas y diputados y todas aquellas personas que nos siguen a través del canal parlamentario y de las redes sociales.
Presento a ustedes una reforma a la Ley de Asistencia Social, en el marco del Día Internacional de la Concienciación sobre la Pérdida y el Desperdicio de Alimentos, designado por la ONU justamente para el día 29 de septiembre, en lo que se conmemoró el día de ayer.
Esta es una reforma con un profundo carácter social y además, un profundo carácter solidario, porque tiene que ver con lo más doloroso de la pobreza: el hambre.
Vale la pena recordar que todas y todos ustedes, como lo saben, en el 2015 México participó en la Cumbre Mundial de Líderes por un Desarrollo Sostenible, el documento fue titulado la Agenda 2030.
Ahí se signaron 17 objetivos para poner fin a la pobreza. El segundo prioritario fue poner fin al hambre y es que como diría Kofi Annan, “el hambre perpetua la pobreza al impedir que las personas desarrollen sus potenciales y contribuyan al progreso de sus naciones y de sus sociedades”.
Los tiempos de nuestro país y sus condiciones nos demandan trabajar de manera conjunta entre Estado y sociedad y si queremos solucionar verdaderamente de fondo y de raíz los problemas, no basta únicamente con pretender la acción gubernamental de un apoyo económico, el hambre requiere de una cooperación transversal entre la iniciativa privada, la academia, el Estado y la sociedad misma, en donde cada una juegue un papel determinante y determinado.
Por ello, hoy proponemos dividir en dos títulos la Ley de Asistencia Social, para dar entrada, entonces, al título que hable sobre la donación de alimentos, con la finalidad de establecer una política clara de cooperación entre todas las instancias, que permita eficientar la ayuda y no solo sea donar, sino aprovechar toda la cadena que lleva donación, recolección, almacenamiento, supervisión y hasta la misma entrega de los alimentos.
Y hay que decirlo de manera muy clara, compañeras y compañeros, la sociedad civil organizada ha jugado un papel fundamental en esta tarea, así que expresamos nuestro más sincero reconocimiento, porque aún sin un marco jurídico han empujado acciones en beneficio de los que menos tienen. Por eso, creo que hoy hay que apoyar esta extraordinaria labor.
Tenemos, como Estado, que asumir obligaciones que nos permita potenciar sus capacidades y, además, otorgar beneficios para quienes estén dispuestos a sumarse y a unirse a estas importantes cruzadas.
Y es que, quién de nosotros no escuchó la frase de nuestros abuelos o de nuestras mamás o de nuestros papás, en la que nos decían: la comida no se desperdicia. Hoy es una valiosa oportunidad de materializar aquello que todos y todas aprendimos en la mesa.
Y la preocupación parte de cifras reales, porque de acuerdo a la más reciente publicación del Coneval, al menos 28 millones de mexicanas y mexicanos viven con inseguridad alimentaria y paradójicamente la FAO estima que en México cerca del 35 por ciento de los alimentos preparados y producidos se tiran a la basura.
El nivel de desperdicio llega a un 40 por ciento en las carnes blancas y los pescados y hasta un 37 por ciento en la carne de res.
Además, debemos de tener conciencia que con la reducción del desperdicio estaríamos contribuyendo a combatir el cambio climático y la sobreexplotación de los recursos naturales.
¿Ustedes sabían que hoy en día el 7 por ciento de las emisiones globales del gas invernadero son producidas por esto?
Y, además, que el 30 por ciento de la tierra, el 30 por ciento, se utiliza en alimentos que nunca, nunca serán consumidos.
El desperdicio va desde la producción inicial hasta el consumo final.
Por eso, compañeras y compañeros, los invito hoy a pensar un poco en lo que podemos hacer desde aquí para los que no están aquí.
Los invito a establecer una sinergia con quienes llevan tiempo trabajando en esta loable tarea de alimentar a los que no tienen.
Los invito, pues, a emprender una cruzada que, en conjunto, sociedad y gobierno, permitan poner fin de manera tajante y tener, por fin, un México sin hambre.
Muchísimas gracias.
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YMJ