TRANSCRIPCIÓN DE LA INTERVENCIÓN DE LA DIPUTADA JOANNA ALEJANDRA FELIPE TORRES, CON MOTIVO DEL 107 ANIVERSARIO DE LA PROMULGACIÓN DE LA CONSTITUCIÓN POLÍTICA DE LOS ESTADOS UNIDOS MEXICANOS DE 1917.

7 de Febrero de 2024

Compartir

Ciudad de México, a 07 de febrero de 2024

 

TRANSCRIPCIÓN DE LA INTERVENCIÓN DE LA DIPUTADA JOANNA ALEJANDRA FELIPE TORRES, CON MOTIVO DEL 107 ANIVERSARIO DE LA PROMULGACIÓN DE LA CONSTITUCIÓN POLÍTICA DE LOS ESTADOS UNIDOS MEXICANOS DE 1917.

 

DIPUTADA JOANNA ALEJANDRA FELIPE TORRES (JAFT): Con su venia, diputada. 

 

La Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos es el pilar institucional de nuestro Estado democrático. El 107 aniversario de su promulgación nos convoca a reflexionar sobre su vigencia, su salvaguarda, sus preceptos como guía del actuar del gobierno y de la sociedad. 

 

Invoco en este acto solemne el recuerdo de tantos patriotas constituyentes que forjaron con sangre los pilares del México libre, democrático y plural que hoy tenemos en nuestras manos, aquellos que fueron capaces de ponerse de acuerdo en los momentos de mayor dificultad social interna de nuestro país, aquellos que antepusieron el interés general al interés particular y priorizaron la búsqueda de la de la concordia sobre el enfrentamiento y sobre el conflicto, aquellos que dejaron marcada la senda del entendimiento a través de la Constitución. 

 

Las gestas populares unánimes, inspiradas por ideales de paz, liberación y progreso, abrieron paso a una nueva etapa social, la reunificación independiente y pacífica de la patria, el nacimiento de la etapa institucional.

 

Esta nueva etapa de la historia patria constituyó el cambio verdadero, un cambio de época vigoroso e irreversible, que implicó no una transformación oscura y (…), sino el reconocimiento del profundo poder de la democracia como una guía civilizadora, unificadora, soberana y popular. 

 

Esta nueva época marcó el fin del conflicto social entre la hermandad mexicana y el inicio de la lucha contra la arbitrariedad, contra la imposición, contra el abuso, contra la corrupción, contra la perversidad de quienes usan y abusan del poder concedido para establecer regímenes autoritarios o militaristas, para enriquecerse a nombre y en representación del pueblo. 

 

Nuestra Constitución es el resultado del gran proyecto nacional que nos integró a todos. En ella quedó marcada la voluntad popular que privilegia la unidad sobre la polarización, la paz sobre la guerra, la institucionalidad sobre la anarquía, la democracia, sobre las dictaduras. 

 

Nuestra Constitución nace como la cura más efectiva contra el virus de la discordia, contra la tentación del autoritarismo y contra la patología del narcisismo político. 

 

Nuestra Constitución fue creada para proteger a la democracia y, con ello, a todos los derechos y libertades por las mujeres y hombres mexicanos. 

 

Hemos luchado a lo largo de nuestra historia por estos derechos y por estas libertades. 

 

Nuestra Constitución no es escaparate de ocurrencias ni revanchas políticas o propaganda ideológica del Gobierno en turno; sin embargo, sabemos que nuestra Constitución no es (…), pero sí sostiene los valores democráticos fundamentales que contiene los anhelos y esperanzas del pueblo de México. Y esos, esos sí, son inamovibles. 

 

No hay derecho a la justicia sin la división y autonomía de poderes, no hay derecho a la vida sin la protección del Estado contra el crimen organizado, no hay derecho a la salud sin el respeto al pacto federal, no hay derechos humanos sin instituciones fuertes que las promuevan, respeten, protejan y garanticen. 

 

El ataque continuo a las instituciones es un ataque a la democracia. El ataque continuo a la democracia es un ataque a los derechos y a las libertades de todos. El ataque a las instituciones, a la democracia y a nuestros derechos es un ataque a la Constitución. 

 

Hoy México está ante la disyuntiva de fortalecerse como una República democrática o caer en la trampa de la demagogia, del populismo, del autoritarismo y la concentración del poder. 

 

Aprovechemos para hacer una reflexión franca y sincera sobre nuestro rol histórico como legisladores, ¿cuál es el papel del político actual frente a los embates contra las instituciones frente a los ataques a la Constitución? La principal misión de los políticos actuales debe ser la de desplegar y actualizar los mandatos ya establecidos por la voluntad popular, recordar la senda marcada por los constituyentes desde el pluralismo, desde el respeto a la legitimidad del otro, con el único fin de garantizar una vida mejor y más digna para todas y todos. 

 

Cualquier cambio, cualquier reforma constitucional que se proponga, contará con mayor legitimidad y con mayor fuerza cuando provenga del consenso, de la reflexión más amplia y profunda por parte de los representantes y de la propia sociedad, no de la imposición, no de la regresión, no del espíritu revanchista ni de las ansias de concentrar el poder. 

 

El respeto y protección de los órganos constitucionales autónomos, a las instituciones, a la división de poderes, al control del poder arbitrario, a los derechos y las libertades, es nuestro compromiso, el legado histórico inexcusable que nos demanda el pueblo de México. 

 

Es el momento de dejar de lado la coyuntura, las urgencias y las miradas al pasado para recuperar la capacidad de construir un proyecto común que trascienden hoy y tenga una visión a futuro, al igual que lo hicieron nuestros constituyentes. 

 

Hacemos un llamado al movimiento democrático, al movimiento de la ciudadanía libre para recuperar nuestro lugar en la historia, nuestro lugar como forjadores de la Constitución. 

 

Es cuanto, presidenta. 

 

---oo00oo---