TRANSCRIPCIÓN DE LA INTERVENCIÓN DE LA DIPUTADA WENDY MARICELA CORDERO GONZÁLEZ, DURANTE LA EFEMÉRIDE PARA REFERIRSE A LA PROCLAMACIÓN DEL PLAN DE AYALA.

24 de Noviembre de 2021

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Ciudad de México, 24 de noviembre de 2021

 

TRANSCRIPCIÓN DE LA INTERVENCIÓN DE LA DIPUTADA WENDY MARICELA CORDERO GONZÁLEZ, DURANTE LA EFEMÉRIDE  PARA REFERIRSE A LA PROCLAMACIÓN DEL PLAN DE AYALA.

 

DIPUTADA WENDY MARICELA CORDERO GONZÁLEZ (WMCG): Diputadas y diputados.

 

En estos tres meses de la legislatura hemos recordado a través de estas efemérides a los personajes y hechos que dieron vida a la Revolución Mexicana.

 

Se trató de un periodo de nuestra historia, que nos dejó muchas lecciones como país y sobre los que ya hemos hecho distintas reflexiones. Hemos hablado ya sobre Madero, el Plan de San Luis, la figura de Ricardo Flores Magón, Aquiles Serdán y Belisario Domínguez.

 

Hoy, toca el recuerdo del Plan liberador de los hijos del Estado de Morelos, afiliados al Ejército Insurgente, conocido como el Plan de Ayala, firmado el 28 de noviembre de 1911 y con el que el Movimiento Zapatista desconocía la obra maderista.

 

Si bien, el desafío al gobierno maderista era el objeto principal del plan, su trascendencia se observa en sus postulados sobre el sector agrario. De forma abierta el Plan de Ayala introdujo al debate revolucionario el problema de los campesinos y la propiedad de la tierra.

 

El carácter del plan convocó a la lucha revolucionaria a campesinos de todas partes del país, pero con especial atención a los morelenses, atraídos por la figura de Emiliano Zapata, quien junto con Otilio Montaño diera vida a los 15 puntos que conforman el documento que hoy traemos a la memoria. En su lema original: libertad, justicia y ley. Se observan los principios que sirvieron como piedras angulares del movimiento encabezado por Emiliano Zapata y que hoy es necesario mantener vigentes como guías de acción en esta Cámara de Diputados y en la actividad pública del país.

 

Libertad, por supuesto, para decidir lo que sea mejor para México. Esa libertad que hoy desafortunadamente no hace valer esta Cámara, que solo está al servicio de una sola persona.

 

Libertad que hoy se opaca ante las constantes amenazas del titular del Ejecutivo, que el titular del Ejecutivo lanza todos los días en contra de los ciudadanos, de los empresarios, de los periodistas, de los padres con niños con cáncer, en contra de sus adversarios políticos. Claro, como se hacía en aquella época.

 

Nos referimos también al principio de justicia, para que nadie quede excluido de las decisiones, para que todas y todos tengamos el mismo derecho para acceder a las oportunidades y estemos en capacidad de abatir las grandes desigualdades entre los mexicanos. Y ley, para hacer valer el Estado de derecho, para que todos y todas vivamos en condiciones de igualdad, de seguridad, con garantías sociales, económicas y políticas.

 

Esa ley que hoy se ve mancillada por quien gobierna a decretazos, pasando por encima de la Constitución, imponiendo su voluntad a costa de lo que sea. Hoy estamos a merced de quien manda al diablo las instituciones en el discurso y en los hechos.

 

Aquellos principios del Plan de Ayala hoy retumban en el espíritu de una nación que no está dispuesta a sacrificar sus libertades por el capricho y el dedo acusador y dictador del presidente. Estamos en un momento crítico de nuestra historia. El quinto punto del Plan de Ayala se presenta hoy como una luz ante los desplantes del gobernante. Y cito: “La nación está cansada de hombres falsos y traidores, que hacen promesas como libertadores, y al llegar al poder se olvidan de ellas y se constituyen en tiranos”. Ojalá todos los mexicanos podamos aprender de nuestra propia historia.

 

Señoras y señores diputados:

 

El Plan de Ayala hizo un importante reconocimiento a las comunidades campesinas como núcleos sociales fundamentales. Su texto se convirtió en una promesa de reestructuración de la propiedad agraria. Se trataba de una lucha en contra de los monopolios de los grandes hacendados y una esperanza para quienes, por décadas, no habían visto ganancia por el fruto de su trabajo.

 

Hoy como entonces, las condiciones en las que se encuentra el campo son verdaderamente precarias. Las estructuras organizacionales y de producción en este importante sector de nuestra economía han sido objeto del rezago en la legislación, lo que ha contribuido con altos índices de marginación y ha detonado la migración de muchas personas, porque no han encontrado en la actividad agropecuaria su sustento básico. Es una realidad que lastima a México.

 

Hacemos un llamado a todas las fuerzas políticas para mejorar la capacidad productiva y competitiva de las unidades de producción agrícolas del país, así como dignificar las condiciones de vida de los campesinos.

 

Hacemos un llamado por que estas referencias que hemos hecho sobre la Revolución Mexicana se traduzcan en un nuevo impulso, no para alimentar la división social, como pretenden algunos, sino para promover la evolución de las ideas, la evolución de las conciencias para mejorar la condición de vida de todas las, y los, mexicanos.

 

Es cuanto.

 

 

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