TRANSCRIPCIÓN DE LA INTERVENCIÓN DE LA DIPUTADA JOANNA ALEJANDRA FELIPE TORRES PARA REFERIRSE AL DÍA INTERNACIONAL DE LA ELIMINACIÓN DE LA VIOLENCIA CONTRA LA MUJER.

25 de Noviembre de 2021

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Ciudad de México, a 25 de noviembre de 2021

 

TRANSCRIPCIÓN DE LA INTERVENCIÓN DE LA DIPUTADA JOANNA ALEJANDRA FELIPE TORRES PARA REFERIRSE AL DÍA INTERNACIONAL DE LA ELIMINACIÓN DE LA VIOLENCIA CONTRA LA MUJER.

 

DIPUTADA JOANNA ALEJANDRA FELIPE TORRES (JAFT):  Hoy recordamos a todas las mujeres víctimas de la violencia, les damos voz, les demostramos que su lucha es un empeño compartido que no olvidaremos, que no están solas.

 

Hoy recordamos a todas y cada una de las niñas y mujeres asesinadas, a sus hijas e hijos huérfanos, al sufrimiento de sus madres, sus padres y sus familias. Es inevitable que vengan a nuestra memoria.

 

Desde tiempos remotos y a lo largo de todo el mundo la violencia contra las mujeres y las niñas ha tenido expresiones inimaginables. Muchas han dejado sus hogares y su trabajo o han abandonado a su familia huyendo de la violencia. Otras más, han emprendido solas la búsqueda de sus seres queridos o sufren larguísimos procesos judiciales en búsqueda de justicia.

 

Las violencias en contra de las mujeres y niñas no pueden ser un tema que adorne los discursos políticos y las promesas de campaña. Sin recursos, solo es discurso, denuncian las colectivas feministas.

 

Hoy tenemos la oportunidad histórica de asumir compromisos firmes, de dar un paso adelante para prevenir y poner fin a estas violaciones generalizadas de los derechos humanos de las mujeres. Es lo que debemos a millones de mujeres que luchan por sus derechos en todo el mundo. Es lo que esperan de nosotras las mujeres y las niñas de todo el mundo. Pero no hay lucha que se haya ganado, diputadas y diputados, a partir de la marginación, a partir de la segregación de las personas ni de los compañeros hombres ni de nuestras propias compañeras mujeres ni de ninguna otra persona.

 

Nos encontramos en un momento crítico de la historia. Nunca antes habíamos presenciado este ímpetu y movilización mundial que involucra a mujeres, a hombres, a niñas, niños y familias, que claman por la erradicación de la violencia en contra de las mujeres y de las niñas.

 

Nunca antes habíamos visto esta indignación generalizada y las demandas de cambio y de acciones y medidas concretas. Reconociendo todo esto me atrevo a decir que las mujeres diputadas de esta Congreso de la Unión somos conscientes de que la legislatura de la paridad, diversidad e inclusión no se puede quedar solamente en cantidades, sino que se tiene que avanzar hacia la calidad.

 

Ante ello, ustedes, nosotras, mujeres que somos parte de este momento histórico tenemos la responsabilidad de impulsar profundos cambios cualitativos en la manera en la que hacemos política y en la manera de gobernar.

 

Hace algunos años, un amigo me cuestionaba por qué una mujer como yo, que no había, según él, padecido violencia, me interesaba en la lucha por erradicar la violencia en contra de las mujeres.

 

En ese instante llegaron a mi mente los caminos para ir al CCH, para ir a la universidad, la sensación de inseguridad y el acoso en las calles, en el transporte público, en el lugar de trabajo, como no quería quedarme dormida en el camión, como caminaba precavida en los andenes del Metro, como me asustaba sentir la presencia de alguna persona caminando detrás de mí.

 

Las historias que entre mis amigas y yo nos contábamos en la universidad después de una mañana como pasantes de derecho y así estoy segura de que todas tenemos historias similares en cada etapa de nuestras vidas, por eso luchamos desde nuestra trinchera por erradicar la violencia.

 

Por un lado, nos han llamado feminazis, pero por el otro nos han gritado feministas, mochas, histéricas, alienadas, pero también debemos reconocer que hemos sido testigos de calificativos igual de degradantes contra nuestras compañeras con diferencias ideológicas. Nosotras creemos que el derecho a la vida debe de ser reconocido como el derecho de excelencia, como la condición necesaria para que existan y se respeten todos los demás derechos, porque sin vida no hay nada.

 

Por eso, jamás implicará que criminalizar ni violentar institucionalmente a las mujeres sea un deseo, porque hacer esto sería atentar contra nuestros propios derechos. Porque diputadas y diputados desde el feminismo, no se debe encajonar a las mujeres en roles de acuerdo con lo que consideramos debe de ser la vida de una mujer emancipada. Rescatemos el individualismo y la libertad de elegir, porque las mujeres maternando también están luchando.

 

A lo largo de la historia las mujeres hemos sido las grandes constructoras de la paz, del respeto, de la inclusión y la democracia. Nuestra lucha ha sido perseverante, nuestra aspiración a la igualdad, a la paridad, a la libertad y a la justicia ha sido larga, pero siempre ha recorrido los caminos de la paz.

 

Hago humildemente un llamado, compañeras diputadas y diputados a que la segmentación partidista no sea un obstáculo para luchar por la erradicación de la violencia de género y para formar alianzas estratégicas entre nosotras y nosotros, para incidir realmente en mejorar la vida de nuestras mujeres y de nuestras niñas.

 

Nuestras diferencias ideológicas permanecerán, nuestro debate, nuestra fortaleza, la beligerancia de nuestros argumentos y nuestra compatibilidad, pero que eso no nos haga olvidar jamás nuestras coincidencias.

 

Hoy en el Día Internacional de la Eliminación de la Violencia en contra de las Mujeres y las Niñas, y todos los días, comprometámonos individual y colectivamente a hacer todo lo posible para promover y proteger los derechos de las mujeres, de modo que cada niña y cada mujer pueda vivir libre de violencia  de discriminación.

 

Es cuanto.

 

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