Ciudad de México, a 24 de febrero de 2022
TRANSCRIPCIÓN DE LA INTERVENCIÓN DE LA DIPUTADA MARGARITA ESTER ZAVALA GÓMEZ DEL CAMPO, PARA FIJAR LA POSTURA DE SU GRUPO PARLAMENTARIO CON MOTIVO DE LOS 200 AÑOS DEL CONGRESO MEXICANO.
DIPUTADA MARGARITA ESTER ZAVALA GÓMEZ DEL CAMPO (MEZGC): Hoy hace 200 años, se consolidó en el México recién independizado, la idea que dio fundamento a nuestro movimiento de emancipación. Es la idea de que la potestad legislativa no puede tener más cimiento que la nación, y la nación entendida como la reunión de todos quienes tenemos el honor de podernos decir mexicanas o mexicanos, sin vincular que semejante honor esté determinado por el origen, la clase social o la forma de pensar, o la región que se desea profesar o no profesar.
El concepto emancipatorio común en el Congreso del Anáhuac, en el propio decreto constitucional, en el propio decreto constitucional en Apatzingán y hasta en el Plan de Iguala, tomó caris definitorios en aquél 24 de febrero de 1822. Sesionaron en el Colegio máximo de San Pedro y San Pablo, aquí a unos kilómetros. Aquí, en lo que sería la capital del imperio, pero terminaría siéndolo de una República orgullosamente federal y pluralista.
Justamente se reunió aquél Congreso con carácter constituyente para ratificar la división de Poderes, para la necesidad de templar estos Poderes a través de una Constitución y el ideal de unión entre todos los territorios y todos los ciudadanos. Así, se despertó del letargo virreinal y comenzaba a configurarse una nueva realidad y originaria, y original, la de la patria mexicana.
La fecha no es casual, es precisamente este 24 de febrero, a un año entonces del Plan de las Tres Garantías y del Plan de Iguala, que un corto espacio se había logrado la Independencia.
Con independencia del azaroso desenvolvimiento de aquel primer Congreso que, como sabemos, fue disuelto, restablecido y finalmente sustituido con un segundo Constituyente que expediría por fin la Constitución Republicana y Federal de 1824, debemos conmemorar hoy, porque fue sobre bases ciudadanas con respeto a un pluralismo ideológico y territorial.
Porque no olvidemos que aquel primer Congreso reunió a representante de Yucatán, de la Nueva España y la Nueva Galicia, pero también de Nuevo México, de Texas y las Californias, y de los diputados por las seis provincias del antiguo Reino de Guatemala. Celebremos la unidad en la mexicanidad, que además caracterizó a los representantes de la preciosa Chiapas, de la preciosa Chiapas, que decidieron permanecer en México, y que con nosotros decimos emocionados, nosotros los de la patria mexicana.
Agustín de Iturbide había propuesto dos Cámaras, estamentos. Pero la Suprema Junta Provisional Gubernativa reaccionó con un sentido democrático. Solo un Congreso y todos. Y no solo por la Constitución sino también por las leyes. División de poderes para la dignidad de la nación. Esto es, diputadas y diputados, lo que hoy venimos a reivindicar, como lo hicieron los primeros parlamentarios de nuestro México. Sin intromisiones, sin amenazas, desarrollando la labor legislativa que el país necesita y controlando el ejercicio de gobierno para que México se torne en un país de solo un hombre. Los constituyentes del 22 al 24 lo lograron, no sin penurias, enfrentando cárcel y exilio, pero lo lograron.
Hoy como en el 22, como en 1822, o en 24, o en el 57, o en el 17, o en el 88, o en el 2000, en pleno siglo XXI, estamos llamadas y llamados a darle senda constitucional al pluralismo normativo que sale de esta Cámara, que integrar junto con el Senado de la República, tampoco por casualidad, un Congreso que es de la Unión y que es para la Unión. Ha existido en México una gran tradición legislativa, inaugurada por grandes nombres de 1822: Ramos Arizpe, Fray Servando Teresa de Mier, José María Fagoaga, Sánchez de Tagle. Y bueno, y seguimos un hilo, un hilo legislativo, un largo etcétera, pasando por Zarco, llegando a nombres como Belisario Domínguez o Vito Alessio Robles.
Y nosotros en el grupo podemos hablar de don Miguel Estrada Iturbide, de Manuel Herrera y Lasso, de Adolfo Christlieb Ibarrola, de María Elena Álvarez de Vicencio, de Gabriel Jiménez Remus, de Juan de Dios Castro. Y cada legislador y cada grupo parlamentario puede poner aquí los nombres de quienes los inspiraron. Son 200 años en los que ha sobrevivido la labor legislativa y que ha contribuido a desenvolver los valores más preciados de nuestro pueblo, que son la unidad en el pluralismo y la diversidad para la libertad y la justicia en la democracia.
La dignificación de la política pasa por la dignidad y el decoro del Congreso y la férrea reivindicación de la autonomía del Poder Legislativo, que no debe permitir que ningún poder entre aquí a afectarnos.
Felicidades, integrantes del Bicentenario del Congreso de la Unión y un recuerdo de gloria para quienes lo fundaron. Muchas gracias.
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