TRANSCRIPCIÓN DE LA INTERVENCIÓN DE LA DIPUTADA DANIELA SORAYA ÁLVAREZ HERNÁNDEZ, EN EL APARTADO DE EFEMÉRIDES, CON MOTIVO DEL ANIVERSARIO DE LA FIRMA DEL TRATADO PARA LA PROSCRIPCIÓN DE ARMAS NUCLEARES EN AMÉRICA LATINA Y EL CARIBE.

1 de Marzo de 2022

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Ciudad de México, 1 de marzo de 2022

 

TRANSCRIPCIÓN DE LA INTERVENCIÓN DE LA DIPUTADA DANIELA SORAYA ÁLVAREZ HERNÁNDEZ, EN EL APARTADO DE EFEMÉRIDES, CON MOTIVO DEL ANIVERSARIO DE LA FIRMA DEL TRATADO PARA LA PROSCRIPCIÓN DE ARMAS NUCLEARES EN AMÉRICA LATINA Y EL CARIBE.

 

DIPUTADA DANIELA SORAYA ÁLVAREZ HERNÁNDEZ (DSAH): Compañeras, diputadas, compañeros, diputados.

 

El mundo está viviendo una situación muy dura y muy dolorosa que pensábamos se había quedado en el pasado.

 

Estamos viviendo momentos de mucha tensión y de mucha preocupación por la guerra emprendida por el Gobierno ruso.

 

Por supuesto que condenamos estos hechos.

 

Aunque la distancia sea mucha, México no puede ni debe permanecer ajeno e indiferente a lo que pasa en el mundo.

 

México repudia el uso de la fuerza para la solución de controversias entre países.

 

Históricamente, México siempre ha defendido esa postura, como lo refleja su adhesión a diversos instrumentos internacionales,  que buscan evitar conflictos armados.

 

Uno de los más importantes, es el Tratado sobre la no proliferación de las armas nucleares, el cual nuestro país firmó el 26 de julio  de 1968 y ratificó el 21 de enero de 1969.

 

La letalidad de las armas nucleares y la devastación que causan, hacen imperativo el compromiso de todos los países de evitar su uso y alentar su eliminación.

 

Los esfuerzos comenzaron a rendir frutos cuando en 1968 se abrió a firma el Tratado sobre la no proliferación de las armas nucleares, el cual entró en vigor el 05 de marzo de 1970.

 

Sin embargo, este compromiso se encuentra seriamente amenazado por liderazgos que buscan imponer su voluntad.

 

Esos liderazgos miserables piensan que mediante las armas, pueden resolverse los conflictos.

 

Quien amenaza con el uso de las armas y la guerra, llevará a toda la humanidad por un camino oscuro de dolor de muerte y devastación.

 

La historia nos enseña que nadie gana en una guerra, que sólo hay víctimas, que sólo hay sangre, que sólo hay muerte y que solo hay destrucción.

 

En este aniversario de la entrada en vigor del Tratado sobre la no proliferación de las armas nucleares, esperamos que se rescate ese espíritu de acuerdo y de conciliación.

 

Recordemos y retomemos siempre ese anhelo de tener un mundo en paz, es cuanto, diputado.

 

 

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